Por lo general, la leche es un alimento que se asocia con la dieta de un gato, pero en realidad su organismo es intolerante a la lactosa y si ingesta puede provocar fuertes diarreas.
Por eso un veterinario recomienda la compra de leches especiales para estos animales que están elaborados con componentes que evitan los problemas digestivo.
Ocurre algo similar con otros alimentos como la cebolla. Si los gatos la ingieren, pueden tener problemas con los glóbulos rojos y enfrentar una anemia hemolítica. La cebolla contiene tiosulfato, componente que no es asimilado por el organismo de los animales de la misma forma que la de los humanos.
Los dueños generalmente creen que la comida de su mesa también es saludable para los animales. Esta es rica en calorías, pero no aporta suficientes elementos nutritivos para los felinos y se puede correr el riesgo de sobrealimentarlos y desequilibrar su nutrición.
Hay que tener especial cuidado con los huesos, pues pueden quedarse en el sistema del animal y provocar asfixia.
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